Depilación
La clave para poder remover vellos no deseados de manera permanente es destruir los folículos sin dañar el tejido que los rodea. Hay dos maneras de lograr esto:
La primera es con láseres, especialmente los que se utilizan más comúnmente en depilación, con una longitud de onda de 808nm. Con la descomposición fototermal selectiva, la energía del láser se absorbe selectivamente en los folículos de vello con coloración y la temperatura de los folículos aumenta para dañarlo e inhibir el crecimiento del vello permanentemente.
Contamos también con una técnica más popular, relacionada con la luz pulsada intensa que llamamos IPL. Tiene el mismo principio, ya que la IPL calienta los folículos de vello para destruir su estructura. Sin embargo, resulta menos agresiva y causa menos dolor que los láseres.
